sábado, febrero 18, 2006


Las palabras de los hombres son su gran fortuna, principal baluarte; con ellas encuentra amistad, amor y bienestar. Si lo quisiera, el mundo estaría en sus manos y su vida abundaría de amigos.¿Cuál es la razón de la existencia, si en lugar de amarse se atormentan en derroche de absurda indiferencia?

viernes, febrero 17, 2006

SIN QUERER


SIN QUERER

Fue aquella vez,
en que en la sombra de la noche,
nuestro amor despertó.
En ese instante comprendí,
que en la magia de la luna,
como enredadera silvestre,
tu cariño me envolvió.
Brotando en mí,
como cierta extraña fuerza,
una imborrable pasión.
Y solo pasó.
Sin pensarlo,
sin preguntas ni porqué.
Sin querer me enamoré,
y a la vista de las
curiosas estrellas,
te lo demostré.
Sólo pasó.
Tal vez fue el impulso
de mi corazón,
el que sin pensarlo,
sobre ti actuó.
Fue aquella vez,
en que en la sombra de la noche
solo fuimos uno,
tú y yo.
Si tu corazón no tiene fuerzas
para poder sentir,
Si tu corazón no late con amor,
tampoco tú amarás.

sábado, febrero 11, 2006



AMIGO MIO

Amigo mío:
yo no soy lo que parezco. La apariencia es sólo una túnica que visto una túnica de tejido muy cuidado que me protege a mí de las preguntas, y a ti, de mi negligencia.
El "yo" en mí, amigo mío, habita la casa del silencio, y en ella permanecerá por siempre desapercibido, inabordable.


No haré que creas en lo que digo ni que confíes en lo que hago: mis palabras no son sino el sonido de tus pensamientos y mis hechos, tus esperanzas en acción.
Cuando dices: "El viento sopla hacia el este." Yo digo: "Por supuesto, claro que sopla hacia el este." Pues no quisiera hacerte saber que mi mente no se ocupa del viento sino del mar.
Tú no puedes comprender mis pensamientos marinos, ni yo quisiera hacértelos comprender. Quiero estar a solas con el mar.




Cuando el día está contigo, amigo mío, la noche está conmigo; y, sin embargo, yo hablo del mediodía que baila sobre las colinas, y de la purpúrea sombra que se escabulle por el valle; porque tú no puedes oír las canciones de mi oscuridad ni ver mis alas batiendo junto a las estrellas --y mi deseo es que ni oigas ni veas. Quiero estar a solas con la noche.

Cuando asciendes a tu Cielo, yo desciendo a mi Infierno --aún entonces tú me llamas a través del golfo sin puente: "Mi compañero, mi camarada"; y yo te respondo: "Mi camarada, mi compañero" --porque no quiero mostrarte mi Infierno. La llama quemará tu vista y el humo llenará tu olfato. Y yo amo a mi Infierno demasiado como para que lo visites. Quiero estar solo en el Infierno.


Tú amas la Verdad, la Belleza y la Justicia, y yo, por complacerte, asiento y parezco amar todo eso. Pero en mi corazón río por ese amor. Mas no te dejaré ver mi risa. Reiré a solas.
Amigo mío, tú eres bueno y cauteloso y sabio; más aún, tú eres perfecto --y yo también hablo contigo sabia y cautelosamente. Y, sin embargo, soy loco. Pero enmascaro mi locura. La quiero para mí solo.
Amigo mío, tú no eres mi amigo; pero ¿cómo lograré hacértelo entender? Mi sendero no es tu sendero, y, no obstante, caminamos juntos, tomados de la mano.